El curador de arte es la persona encargada de lograr una armonía general de todo lo que se exhibe dice Liliana Piñeiro, directora de la Casa Nacional del Bicentenario (Casanova, 2009). El término proviene del latín curator y significa “cuidador”, originalmente era el encargado de conservar, catalogar y exhibir el patrimonio del museo. En nuestro país, el papel del curador de arte surge hacia principios de los años 80, sin embargo, aún falta camino en su especialización académica y profesionalización.
El curador de arte, como parte de su trabajo, realiza las siguientes actividades: establece el objetivo, el valor artístico, histórico, social, cultural, simbólico y educativo y el sentido de la exposición; investiga sobre los artistas, las obras y su contexto histórico y/o social de creación; selecciona las obras; planifica las exposiciones, interviene en el diseño y montaje participa en la divulgación; cuida la integridad y preservación de las obras.
En el mundo del arte, existe un debate complejo en torno al concepto de curador. Diversas miradas ponen en discusión el alcance del rol. Algunos especialistas consideran que la muestra es también una obra en sí misma, una construcción narrativa con sentido propio. Así, el curador es, además, autor. El curador-autor o curador-creador refiere a un rol más amplio, más que un “seleccionador” de obras. El curador-autor las selecciona, las organiza, las interpreta y las expone con un significado. Así el curador, en tanto autor o creador, ejerce un poder simbólico al legitimar y construir sentidos en el mundo de la producción cultural.